Tras la anterior lucha con los exploradores drow, los K.f.m. se encontraban en posesión de una nave elemental; al menos en principio, ya que las junglas de Xen´drik son un lugar traicionero y aún no sabían si iban a poder salir de allí con su botín. Tras una rápida inspección, quedó claro que por el momento la única opción era comandar elelemental por las bravas: pruebas enfrentadas de carisma para ordenarle cada maniobra. En aquel momento, los agudos ojos de Sheark captaron movimiento en la jungla; varias figuras se deslizaban entre los árboles tratando de rodear la nave. Cuando Rürik, desde el puesto de mando del barco, dio al elemental la orden de elevarse, varios garfios de abordaje de gran tamaño, similares a los boomerangs utilizados por los drow, se incrustaron en el casco y fijaron el buque a los inmensos troncos de alrededor. Sin embargo los Kfm estaban sobre aviso, y cortaron rápidamente los cabos liberando la nave antes de que esta pudiera sufrir daños en su estructura. Aunque Haiass y Warlack fueron atacados desde la espesura, la distancia y la suerte permitieron al grupo continuar sin daño alguno.
Otro cantar fue llevar la nave hasta Linde Tormentoso, pues durante el largo viaje el elemental estuvo a punto de liberarse y estrellar el barco en dos ocasiones. Más aún, Rürik perdió el control de la criatura durante el aterrizaje, con resultado de graves daños en la quilla y algunos huesos rotos para la tripulación. Una vez allí, llegado Deerian Black y una completa tripulación para la nave por cortesía de Haiass, no hubo ningún problema para llegar hasta Sharn y comenzar las tareas de reparación del buque, al que el mal mantenimiento, las dos semanas de abandono en la selva y el aterrizaje forzoso de Rürik habían dejado en un estado lamentable. También comenzaron los trámites oficiales para reclamar el barco, aunque todavía no tiene un nombre que estampar en los papeles...
Apenas vueltos a la civilización tras tantas aventuras, Warlack fue abordado por su viejo conocido el teniente enano de la guardia Dolorn, que pidió su ayuda en un difícil caso de asesinato que tenía en jaque a la guardia de Sharn; al parecer dos viejos amigos, veteranos de guerra, se enzarzaron seis días antes en una agria discusión política en uno de los más conocidos establecimientos de placer del barrio de los Ojos del Dragón, el Terciopelo. Según varios testigos, uno de ellos, un tal Neimann, asesinó a su amigo, Ina, para despúes huir apresuradamente del local con su hijo Lirnna. Además de ayudar a la guardia y a un viejo conocido, existe una jugosa recompensa de 10.000 p.o. por la captura vivo o muerto del asesino (preferiblemente vivo para poder celebrar un juicio justo, pero la acusación es firme y el muerto era un noble cercano a la corona, así que si el sospechoso se resiste nadie dirá nada si acaba muerto...)
Aunque la guardia ya la había registrado, el grupo decidió empezar por la casa de Neimann, donde encontraron una habitación secreta y en ella un cadaver y un diario; el muerto no presentaba señales de violencia aunque su cara estaba detenida en un rictus del más absoluto terror. Sus documentos lo identificaban como Lirnna, pero algo no cuadraba: llevaba muerto más de diez días, y el altercado tuvo lugar hace seis. El diario pertenecía a Neimann, pero había empezado a ser redactado recientemente, tan solo veinte días antes; Neimann creía que algo se estaba apoderando de su ser, poseyéndole, y comenzó a escribir sus terrorificas experiencias en un vano intento de comprenderlas o evitarlas: se levantaba por las noches sin ser consciente de ello, perdía la consciencia incluso durante el día, sin recordar luego nada, pensamientos oscuros le asaltaban, y algo pugnaba por tomar el control de su alma. Varias frases inconexas le llegaban de pronto: "la casa del risco", "cristales del yacimiento" y, en la última entrada, justo antes de que la escritura se hiciese ilegible, el nombre de quien lo torturaba "Tirashana"...
Con serias dudas sobre la identidad del asesino, pidieron permiso a la guardia para entrar en casa del difunto Ina en busca de posible móviles, pero el muerto era un noble acaudalado con conexiones con la corona y sin familia cercana, por lo que su herencia estaba en litigio y no se permitía la entrada hasta que los tribunales dictaminasen sobre las posesiones del finado. Eso no desanimó a los K.f.m., que mientras esperaban a la noche para colarse en la casa utilizaron el poder divino de Deerian para hablar con el cadaver encontrado en la casa de Neimann, intentando confirmar su identidad; efectivamente era Lirnna, que afirmó no saber quien era su asesino, pero que lo último que vió fue al "asesino" de su padre matándole a él. También dijo que su padre había sido eliminado por necesidad, y él porque estorbaba...
Con la cobertura de la noche y usando el esquife se deslizaron hacia la casa de Ina, encajada en los acantilados del puerto de Sharn. Consiguieron librarse de una trampa, que explotó inofensivamente, pero entonces decidieron separarse, ya que no todos podían ver en la oscuridad y no querían encender luces que delataran su presencia en la casa. Mientras Rürik y Warlack subían al tercer piso, donde habían oido un ruido, y Haiass y Deerian permanecían en la segunda planta, en la planta baja Sheark encontró una trampilla secreta en el suelo y, cegado por la curiosidad (¿tal vez avaricia?), se dispuso a abrirla, sin detectar la trampa que la protegía. Un poderoso cono de frío surgió dejando a Sheark muy malherido, y activando una alarma interna; Deerian vió entonces una bruma clara deslizandose en silencio desde la tercera planta a la primera, y antes de que Sheark pudiese moverse, una criatura de casi tres metros con forma de mantis religiosa bípeda le apresó con dos de sus cuatro poderosos brazos, a pesar de sus suplicas de piedad. Deerian y Haiass corrieron en ayuda de su compañero, pero viendo que uno de sus más poderosos hechizos de inflingir no hacía sino revitalizar al enemigo, el clerigo no pudo sino musitar "no-muerto...". Haiass intentó afectarle con un poder mental, que tampoco resultó efectivo, y Warlack, en uno de sus tremendos sprints, bajó hasta la primera planta y golpeó con fuerza al ser (aunque para hacerlo debió pasar por delante de otra critura, una humanoide femenina de extraño aspecto que portaba un espadón y le emboscó en las escaleras de acceso al primer piso sin consiguir herirle). El crítico de Warlack no inmutó siquiera a la criatura de cuatro brazos, a pesar de que su arma había sido potenciada en gran medida por Rürik; el poder enajenador de este último tampoco pudo evitar que el enemigo chupara ávidamente la sangre de Sheark, que hubiera muerto sin la inmediata intervención de Deerian, el cual recibió en pagó por su acción una tremenda oleada de golpes por parte del enemigo que lo dejaron casi muerto. En ese momento la batalla estaba claramente perdida, y la obstinación de algunos por mantenerse en la pelea (la sangre enana de Rürik fue uno de los factores determinantes) estuvo a punto de costarles la vida a todos; cuando consiguieron meterse en el esquife para huir, sólo la criatura femenina había sido derrotada, aunque eso solo la hizo convertirse en niebla y esperar tranquilamente en inevitable desenlace del combate. Apenas se habian alejado diez metros cuando los dos enemigos desaparecieron; era evidente que no estaban allí por ellos, y que no les importaban los más minimo...
Recuperados de sus heridas, y en un alarde de coraje, volvieron de nuevo a la casa esa misma noche, encontrando bajo la trampilla de la primera planta un complejo de minas que les condujo a unas extrañas puertas custodiadas por criaturas de forma humanoide de aspecto anfibio. ¿Qué aguardará tras las enormes puertas de bronce? ¿qué buscaban los poderosos asaltantes? ¿les agredieron por algún motivo o sólo estaban en el lugar equivocado? Habrá que esperar para contestar a estas preguntas...