sábado, 25 de septiembre de 2010

Contraespionaje (y 4)


Sorprendida por el reencuentro con su antiguo mentor, Indie sostenía a un inconsciente Frank Hiraga entre ella y un herido pero decidido Shade; el código de éste y su contrato con Arasaka le empujaba a finalizar el encargo y proteger al traidor, pero era evidente que no deseaba dañar a su alumna, por lo que afirmó que, si dejaban a su objetivo en la casa, él les dejaría marchar. Pero Indie sabía que para Shade Arasaka es un mero patrón, la financiación que necesita para su modo de vida, y que ella podía ofrecerle no sólo un mejor lugar donde continuar sus experimentos y la financiación y protección de Militech, sino también la compañía de espíritus afines, empezando por ella misma. Aunque reticente, Shade decidió fiarse de la única persona que había considerado algo más que una mera herramienta, y les dejó marcharse con su objetivo; él haría ver a los guardias que las heridas sufridas no le habían permitido detener a los intrusos (cosa bastante fácil teniendo en cuenta su estado) y se dejó caer en el suelo malherido.
Parecía que todavía podían conseguirlo, y tras estabilizar al malherido Shasha y recoger los restos de Hawk, se dispusieron a marcharse. Los agudos sentidos de Preacher avisaron a todos de que los disparos habían atraido a una patrulla de Arasaka, que se acercaba en un Jeep para una comprobación de rutina; aunque Indie y Diego consiguieron salir rápidamente de la casa y esconderse en el jardín de la misma, Shasha y Preacher dudaron, y prefirieron quedarse dentro con la intención de eliminar a los guardias emboscándoles en cuanto entrasen. Sin embargo, cuando los tres guardias vieron la cerradura de la puerta volada por la termita de Hawk, tomaron posiciones desde el vehículo y llamaron a los refuerzos, estropeándoles el plan. Indie lanzó rápidamente unas granadas al otro lado del jeep, distrayendo a dos de los guardias (el tercero cayo con un certero disparo de Diego) y permitiendo al equipo correr hacia la alcantarilla en medio de la confusión; para cuando los chicos de negro se dieron cuenta de por donde habían huido, el equipo ya estaba saliendo por el otro lado de la alcantarilla, cerca del bosque.
Escondiéndose de casa en casa, y usando al perro inconsciente como escudo frente a los otros canes puestos en guardia, consiguieron alcanzar el área arbolada; sin embargo, a punto ya de alcanzar la libertad, Preacher decidió llevarse al perro a pesar de la oposición de Indie y de Shasha. El perro, cableado para no sobrepasar determinada área de vigilancia, hizo saltar inmediatamente las alarmas y echarse sobre ellos a cinco soldados "fantasma" de Arasaka; perdida ya toda oportunidad de sigilo, Indie hizo llover sobre ellos muerte desde su Claws, despejando de árboles una zona de seis metros con sus cartuchos HEP.
Pero por mucho que corriesen no podían salir de la zona de 20 metros del emisor que les protegía de las armas automáticas, por lo que la velocidad de su carrera estaba limitada; además, cuando fueron emboscados por dos francotiradores, comprendieron que el perro hacía algo más que saltar las alarmas: estaba marcado con un transpondedor, y Arasaka conocía su posición gracias a ello. Indie quedó a la descubierta y casi es alcanzada por el primer disparo, pero fue Preacher, que había decapitado al perro y corría con su cabeza para lanzarla lejos, quien fue alcanzado de gravedad en una pierna. Diego consiguió ponerle a cubierto, pero era incapaz de detener la terrible hemorragia que salía a chorro del mutilado Preacher, e Indie no podía acercarse lo suficiente para eliminar a los tiradores: estaban copados, y ya se oía llegar a los refuerzos aéreos de Arasaka.
Shasha no vio más opción que pedir extracción aérea a Eyes; aunque esta sabía que estaba entrando en una zona demasiado caliente, no podía dejar a sus compañeros en la estacada, y accedió a entrar como una exhalación, frenando lo justo para que los runners se agarrasen a las cuerdas de rapel y salir a toda velocidad de allí. Indie sujetaba sobre sí al inconsciente Hiraga, Diego llevaba a cuestas a un mutilado Preacher que cantaba salmos, y Shasha solo podía agarrarse a la cuerda con un brazo... A pesar de todo, consiguieron cogerse a la primera y sujetarse mientras Eyes soltaba contramedidas antimisil y salía disparada desde las copas de los árboles; las contramedidas casi consiguen desviar los dos primeros misiles, pero uno de ellos impactó de refilón contra el costado del Av, destrozando uno de los motores y casi mandándoles a todos al suelo de nuevo. Eyes volvió a mostrar su pericia manteniendo al Av en vuelo y consiguiendo sacarle la suficiente potencia para acelerar y girar de vuelta. Los dos siguientes misiles podían haber sido definitivos en ese estado, pero las contramedidas y los drones de Eyes despistaron los sistemas de guía lo suficiente para escapar.
Con esfuerzo y magullados, los runners lograron subir al Av, pero justo cuando Diego llegaba a la compuerta, Preacher se reunió con el creador... Aunque todavía era posible reanimarle, el hospital más cercano estaba en la base militar de North Oak, y no llegarían a Night City a tiempo. Los contactos de Diego le indicaron un buen médico, pero estaba igualmente fuera de rango (aunque no sería mala idea quedarse con su nombre, viendo lo mucho que necesitan de un cirujano de campo...) Finalmente, Diego comprendió que la única opción de su amigo estaba en el grupo de nómadas con los que tenía tratos el propio Preacher, y allí se dirigieron. Preacher fue rescatado de la mismísima corte celestial por las expertas manos de Silfide, mientras Indie contactaba con Militech para entregar el paquete y recibir el pago, además de atención médica y las reparaciones pertinentes. Los restos de Hawk quedaron entre la maleza; descanse en paz.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Contraespionaje (3)


Con las ideas sobre la extracción ya claras, Shasha, Indie, Preacher, Diego y Hawk prepararon el material necesario para completar la misión, compraron lo que todavía no tenían, y negociaron con Eyes el pago por llevarles y sacarles de zona neutral; llegaba la hora de la verdad...
Los bosques que rodean Westwood estaban plagados de contramedidas, pero era algo que ya se temían: minas antitantque y antipersonales, cámaras de vigilancia, micrófonos, sensores de presión, detectores de movimiento... Incluso fosos con estacas, los chicos de Arasaka no habían escatimado en nada. Todo fue bastante bien, ya que aunque las cámaras detectaron movimiento en tres ocasiones, y se envió a un par de agentes camuflados a investigar, pudieron detectarlos y despistarlos sin problemas. La última línea de minas eran a prueba de intrusos, pero el rifle de pulsos de Indie y la suerte estuvieron de su parte...
En tierra de nadie, antes de llegar a la línea de casas pero fuera ya del área arbolada, varios perros cibernetizados vigilaban el perimetro, y tuvieron que parar a considerar su opciones; al final se decidieron por un certero disparo incapacitante a la cabeza por parte de Hawk, y atravesar corriendo el campo abierto. El resto de los cibercentinelas no se acercaban a más de 10 metros del perro inconsciente, por los que pudieron entrar en el núcleo urbano y, desde allí, se metieron en las alcantarillas, también llenas de trampas pero con la gran diferencia de que éstas estaban pensadas para poder esquivarse por el personal de servicia; los agudos sentidos de cazarrecompensas de Preacher les llevaron sin dudar por las zonas seguras, hasta estar casi encima de la casa de Hiraga; dentro de ella, y gracias a un micrófono laser de, ironias de la vida, Arasaka, descubrieron que había dos personas, una trabajando con un teclado en la planta baja y otra en la ducha de la segunda.
Decidiéndose por una entrada doble, Indie saltó a la segunda planta para echar desde ahí gas somnífero, mientras Hawk volaba la puerta principal con termita y permitía entrar a los demás; en la planta baja no parecía haber nadie, y puesto que la velocidad era la clave, todos se concentraron en el fondo del enorme salón para acercarse al objetivo de la segunda planta que, como Indie pudo confirmar, salía corriendo de la ducha hacía la tercera planta. Tanto desde arriba como desde abajo empezaron a lanzar granadas de gas que, aunque aturdieron al pobre tipo que escapaba en toalla, no consiguieron dejarle inconsciente del todo: alguien le había avisado justo a tiempo para que echase a correr, de manera que pudo evitar las principales áreas de dispersión del gas. En ese momento una figura potentemente blindada, con músculos sintéticos injertados por todo el cuerpo, cayó del techo de la planta baja justo detrás de Diego, y con un rápido y preciso movimiento le hizo una inmovilizó desde atrás y le colocó un tremendo revolver electrotérmico en la sien, al tiempo que afirmaba mirando a Shasha y a Preacher: "tirad las armas, o vuestro amigo es hombre muerto..."
Ignorando la situación, pero de manera providencial, Indie alcanzó con una portentosa carrera al hombre que subía a la desesperada por las escaleras, que resultó ser su objetivo Frank Hiraga; desde el descansillo entre la segunda y la tercera planta informó por radio a sus compañeros de que había apresado al blanco principal, y Preacher usó la información para intentar presionar al enemigo de la planta baja: "tú tienes a uno de los nuestros pero nosotros tenemos a tú patrón, tal vez podamos llegar a un acuerdo". Tras la máscara blindada, el desconocido pareció ignorar su ultimatum, limitándose a repetir sus condiciones. Tanto Preacher como Shasha tiraron las armas y se tumbaron en el suelo como les exigían, pero Hawk, poco dispuesto a que le atrapasen, tiró el fusil al suelo fingiendo rendirse, pero al mismo tiempo desenvainó el vibromachete y, apartando el revolver de Diego, intentó apuñalar la espalda de su contrincante; a pesar de la habilidad de Hawk, que salvó a Diego de un balazo en la cabeza, la figura blindada se revolvió con una velocidad sobrehumana, lanzó al desdichado Diego contra la pared (sólo la previsión de éste al dejarse puesto el blindaje reactivo le salvó de partirse la espalda), y descargó su arma a bocajarro sobre la cara de Hawk: la cabeza de éste literalmente desapareció en un chorro de tejido blando que se desparramó sobre el sofá de piel...
Tras esta terrible actuación, el desconocido se lanzó escaleras arriba hacía Indie e Hiraga; Shasha cargó tras él y, alcanzándole en el pasillo del segundo piso, le largó a bocajarro toda la ráfaga de su fusil multitubo en el pecho y la cabeza. Aunque una ráfaga así podría partir un coche, su contendiente resbaló hacia atrás, con la placa pectoral rajada y sangrando por entre las piezas del cuello y del costado izquierdo, claramente maltrecho, pero aún dispuesto a pelear: mientras reculaba hacía atrás por el impacto, levantó su arma y disparó a Shasha, alcanzándole en el brazo derecho y arrancándoselo de cuajo al tiempo que le desgarraba el tejido del hombro.
Como dos boxeadores que se niegan a caer, Shasha se mantenía en pie mascullando "aún puedo disparar, aún puedo disparar...", en tanto que su enemigo se giraba como una peonza medio parada hacia Indie, apuntándole; justo antes de apretar el gatillo vaciló y musitó incrédulo "¿Indie...?". En ese momento ella reconoció a Shade, el que fuera su mentor en Antigua cuando trabajaba para el gobierno y Arasaka envió a varios agentes libres como asesores. La relación se cortó al desertar Indie a la guerrilla, pero siempre habían mantenido una buena amistad; ¿podrán reavivarla en estas circunstancias?