lunes, 17 de noviembre de 2008

REUNIFICACIÓN... (III)


El torneo de las Tres Sagas resultó ser un apasionante enfrentamiento en tres fases eliminatorias: al menos uno de los miembros del grupo debía luchar y vencer al campeón de cada fase para poder enfrentarse a los actuales campeones del torneo y ganar el mismo; el primer día se libraron combates individuales, luchando Warlack con tres minotauros, Haiass con dos ogros, Sheark con un Kiton y Rürik con una manada de lobos. Ninguno de los combates resultó excesivamente complicado, y las sucesivas apuestas hicieron ganar a los aventureros pringües beneficios; a destacar los cuatro combates de Marin Brey (con 10 Grantrasgos, dos Ettin, 6 Aulladores y 4 Sombras sucesivamente...) y la fácil victoria de Warlack en segunda ronda contra el campeón del grupo, un Grantrasgo Guerrero/mago...

Esa noche los Linternas fueron guiados con los ojos vendados a través del barrio de Puerta de Khyber hacia el lugar donde serían iniciados por la lider del Daask; tanto Takhisis como Nit se las arreglaron para ver por donde eran llevados, aunque pronto fueron conducidos a las profundas cavernas que sustentan los Engranajes de Sharn. Muchas vueltas y recovecos destinados a desorientarles despues, entraron en un complejo de cuevas magmáticas moldeadas con magia en estancias esféricas, en una de las cuales les esperaban, en una especie de altar, varios encapuchados liderados por una mujer vestida con túnica negra. Frente a tan siniestra comitiva, una afable mujer armada con un espadón y vestida con armadura de cuero se presentó como Cavallah, la lider del Daask...

El segundo día de combates los K.f.m. tuvieron que formar parejas; primero Warlack y Haiass se enfrentaron a una Medusa infernal que no resultó rival para ellos aún luchando con los ojos cerrados. Sheark y Rürik se decidieron por un fácil combate con un tigre terrible, y finalmente Warlack y Marin efectuaron un ejemplar combate de "muerte en un solo asalto por doble carga" sobre la campeona de grupo, una Ogra hechicera que no tuvo tiempo de reaccionar. La cuenta de apuestas seguía subiendo, y algunos de los miembros del grupo hicieron "saltar la banca" y se les prohibió seguir apostando, lo cual no impidió que otros lo hiciesen por ellos...

Cavallah explicó a los Linternas que el Daask apenas era una tapadera que financiaba con sus actividades delictivas una causa mucho mayor: el mundo humano era corrupción y destrucción, los reinos de los hombres atenazaban y esclavizaban al resto de razas en su búsqueda de poder sin sentido. La prueba estaba en los cien años de guerra fratricida que habían sumido a Khorvaire en el caos y la miseria. Pero mucho antes que ellos hubo grandes imperios destinados a retornar, y en esta hora de debilidad humana el Daask, y aquellas que lo habían creado, se preparaban para dar el golpe definitivo primero sobre Breland, estandarte de la cultura humana, y despúes sobre los demás reinos del hombre. A pesar de algunos momentos de duda, los Linternas decidieron rechazar la oferta de paz para todas las criaturas, poder y beneficios de Cavallah y mantenerse firmes en su compromiso para con la corona Brelia: identificado el lider del Daask, procedieron a cumplir su misión de exterminio...

El tercer día de combates los K.f.m., ya como grupo, comenzaron enfrentándose a un Zombi colosal, que no representó casi ningun problema para ellos a pesar de su gran alcance y resistencia. Había llegado el momento de la verdad y el enfrentamiento con los campeones indiscutibles de los cinco torneos anteriores: los desolladores de Akk-Thagg, un grupo de cambiantes encabezados por un poderoso guerrero armado con un hacha enorme y formado por una leona con alas, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera armada con dos katanas...

Aunque la sacerdotisa y sus acólitos no presentaron apenas resistencia al asalto combinado de los Linternas, los distrajeron lo suficiente para que Cavallah se convirtiese en bruma y huyese por el desagüe del altar; comenzó así una persecución a través de varias camaras similares en las que Cavallah iba interponiendo trampas y secuaces al implacable avance del grupo; aunque trolls y minotauros se sucedían en su camino, la guadaña implacable de los Linternas segaba cuanto se ponía por delante. Pero las prisas por interceptar a la lider del Daask, que parecía reirse de ellos con sus continuas huidas y esperas, les hizo olvidar las más elementales precauciones, y cayeron todos en una peligrosa trampa de Consumir energía que inflingió varios niveles negativos a todo el grupo...

Los K.f.m. prepararon con cuidado su estrategia y se colocaron dispersos en la arena del coliseo; los desolladores, como campeones, tenían la ventaja de colocarse después de que lo hiciesen los aspirantes, y se decidieron también por una formación abierta, buscando los combates uno contra uno. Desde el primer momento los terribles golpes del lider de los desolladores y los devastadores rayos del hombrecillo invisible pusieron en aprietos a los K.f.m., que intentaron abrirse más y esquivar a los enemigos que más daño les hacían; Rürik no pudo soportar los terribles embates y cayó fulminado en la arena...

No hubo más remedio para los Linternas que usar el teletransporte y comprar pergaminos de restablecimiento para eliminar los efectos de la trampa antes de continuar, pero en ese tiempo los más poderosos esbirros del Daask se prepararon y les tendieron una emboscada: al salir de una sala les esperaba un grupo de peligrosos orcos, un poderoso guerrero armado con un hacha enorme, una Ettin lanzadora de conjuros, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera montada en un jabalí terrible y armada con lanza y escudo...

Aunque Warlack practicamente partió por la mitad al lider enemigo, este continuó luchando sin pestañear, envuelto en una furia imparable; aunque varios contraataques parecieron hacer mella en los desolladores, los K.f.m. tuvieron que observar con horror como Sheark, aunque conseguía evitar los ataques del enorme hacha, caía muerto por los implacables rayos que salían de la nada. Sólo entonces Warlack conseguía eliminar a la mujer de las dos katanas, pero no antes de que Marin Brey sucumbiese también a los mortales poderes del invisible atacante...

Desde el primer momento los Linternas, cansados y agotados sus recursos tras la frustrante presecución, vieron que no podrían vencer a los orcos; Nalim compró con su vida ante la enorme hacha del guerrero el tiempo que necesitaban sus compañeros para reagruparse y teleportarse a lugar seguro. Desde allí pudieron observar mediante escudriñamiento como Cavallah, Harash, otras dos medusas y un Basilisco se unían a los poderosos orcos en una sala dominada por un extraño espejo. Entre la espada y la pared, entre la corona de Breland y el abrumador número de enemigos, los Linternas se aprestaron para morir matando y cumplir con su deber en un último asalto sorpresa de sangre y fuego...

Ignorando al terrible Berserker del hacha, los K.f.m. eliminaron a la leona que mantenía en jaque a Haiass, justo en el momento en el que el líder de los desolladores, acabado ya su ímpetú de lucha, sucumbía finalmente a las terribles heridas que el grupo le había inflingido; superado en número y agotado su poder, el cambiante invisible salió del área de combate y se quitó su anillo de invisibilidad, rindiéndose y cediendo el manto de la victoria a los K.f.m. supervivientes, que al recoger a sus camaradas caídos descubrieron con sorpresa que Marin aún respiraba...

La clara desventaja otorgó a los Linternas una fría furia nacida de la desesperación que pilló completamente por sorpresa a sus enemigos; una impresionante combinación de ataques mortales, magia, psiónica y acero dieron cuenta de prácticamente todos sus enemigos antes de que pudiesen reaccionar. Al despejarse el humo sólo quedaban en pié los Linternas y el orco del hacha, que Takhisis logró dominar antes de que entrase en frenesí; solo quedaba recoger el tesoro amasado por el Daask durante todo ese tiempo y avisar a T...

Apenados pero ricos, los K.f.m. escucharon de boca de Sora Katra cual era la misión que tanta sangre les había costado (no sin que antes Sora Teraza mencionara cierta profecía que parecía atar a las tres Sagas en su interminable juego de destino y poder): custodiar una gema transparente colocada en un pedestal de un grupo de personas que tarde o temprano vendrían a reclamarla; si lo conseguían, el pasaje a la bóveda de Arcánix sería suyo...

Apenados pero ricos, los Linternas escucharon de boca de T cual sería la misión final que pondría fin a la conspiración del Daask: atravesar el portal-espejo para reclamar sigilosamente en la capital de Drooam una gema trasparente sin la cual las tres Sagas no podrían completar sus planes contra Breland; si lo conseguían, el pasaje a la cámara secreta de las aduanas de Sharn sería suyo...

domingo, 16 de noviembre de 2008

REUNIFICACIÓN... (II)


Los K.f.m. habían librado a los confines de Eldeen de la terrible amenaza del Kadtanach; los Cantores verdes quedaron muy satisfechos al saber, aunque en realidad no fuera exactamente así, que la inocente bestia estaba viva y había retornado a su plano: era el momento de cobrar la recompensa. Por una parte, los K.f.m. solicitaron una nueva quilla indestructible para su nave; por otra, pidieron la sabiduría del Padre Árbol, una planta milenaria dotada de consciencia. Aunque no pudieron conseguir acceso a nuevos conjuros, si prometió ofrecerles nuevos trabajos si cumplían antes con su destino. Aún sin saber a qué se refería, los K.f.m. partieron rumbo a Sharn, encontrando en su camino una antinatural tormenta que fue haciéndose más y más fuerte hasta desviar al Eolo de su rumbo y dejar inconscientes a los aventureros; por suerte, la tripulación de forjados mantuvo la nave en el cielo...

Mientras tanto los Linternas encontraron el cargamento que el Daask les había enviado a recoger: treinta cajas bien embaladas y protegidas que contenían un extraño y espeso liquido de color rojo, azul y negro. Dejando a Nit regresar por su cuenta, el resto cargó como pudo las cajas y se teleportó hasta el "despacho" de Harash, la medusa macho que ahora era su nuevo contacto. Sorprendido de su éxito y pronto regreso, el monstruo les ofreció un breve pago por sus servicios y les indicó que la noche siguiente serían iniciados por la lider del Daask: por su parte él seguía sospechando de los Linternas, pero no podía demostrar sus sospechas dado que Torarg Cuernonegro seguía en paradero desconocido. Con las primeras luces del amanecer decidideron dirigirse a la tienda a pertrecharse lo mejor posible ante lo que puediese venir...

A medio mundo de distancia los K.f.m. despertaban de su inconsciencia para descubrirse varados en las ruinas de una torre en medio de una ciudad llena de monstruos: la terrible tormenta los había desviado hacia Drooam. Cuando aún no sabían como iban a salir de esta llamaron al portón trasero de la nave, y un viejo orco cojo y manco les indicó que le siguieran. Aunque reticentes, los K.f.m. accedieron a seguir al desagradable personaje, predispuesto a los escupitajos y a las malas palabras, que les guió por entre la multitud hacia la única muestra de nueva arquitectura de la ciudad. Por el camino todo tipo de criaturas malencaradas, deseosas de hacer de ellos su cena, se apartaban bajo la tuerta mirada de su desafiante guía. Dentro de la bulbosa y extraña estructura perdieron pronto el sentido de la orientación, hasta llegar finalmente a una enorme sala protegida por minotauros, flanqueda por estatuas y dominada por un gran estrado presidido por tres enormes tronos de piedra. En ellos, una gigante de la escracha, una bella humana apenas vestida y una Saga del ocaso ciega les esperaban...

Aunque en la tienda no encontraron muchas gangas, los Linternas si puedieron comprar la magia necesaria para que Nalim curase a Takhisis del poderoso conjuro que atenazaba su mente. Al salir de la tienda una voz resonó en su mente: "cuidado, actuad con normalidad, nos están siguiendo". Era su contacto dentro del Daask, al que tenían vigilado estrechamente y hasta ahora no se había atrevido a acercarse a ellos, y que usaba la invisibilidad y la telepatía para burlar a sus perseguidores. Sin embargo Arigorn dió un respingo al notar la voz en su mente, y varías arpías situadas justo en el límite de las nubes emprendieron el vuelo: los espías acababan de ser descubiertos, y si querían mantener su tapadera habían de eliminar a las nueve veloces criaturas antes que consiguiesen llevar la noticia a Harash. El uso de las botas de vuelo, los Shurikens envenenados y las más bizarras maniobras de teleporte permitieron a los Linternas remontar la desventaja inicial de la que partían en esta carrera y ganar por la mano a las arpías, exterminandolas rápida e inmisericordemente; decapitaron a una de ellas para conseguir información y huyeron vía teletransporte para evitar a la guardia...

Las hijas de Sora-Kell, Sora Maenya, Sora Katra y Sora Teraza se presentaron a los K.f.m. como las gobernantes absolutas de Drooam; necesitaban de sus servicios y por ello habían creado la tormenta que les había obligado a aterrizar allí. Lejos de pedir disculpas, las tres hermanas consideraban un honor servirlas, y por ello exigían una prueba de capacidad; en breve tendría lugar en Drooam el famoso torneo glatiatorio de las Tres Sagas, dotado de un premio muy especial: acceso durante un tiempo limitado a la boveda de almacenamiento mágico de Arcánix. Los campeones de dicho evento se convertían durante un año en los paladines de Drooam, y se les encargaban las más peligrosas y provechosas misiones. Si los personajes derrotaban a los campeones actuales y ganaban el torneo, serían adecuados para la misión que pretendian encargarles. Con el oro, la gloria y los objetos mágicos en mente, los K.f.m. aceptaron participar...

En su habitación de una ruinosa y discreta posada, y protegidos por un Santasanctorum privado, los Linternas recibieron a su contacto. Las ordenes de T, con quien pudieron hablar a través de una curiosa moneda parlante, eran claras: acceder a la lider del Daask y exterminar a sangre y fuego toda la célula criminal, desde el primer hasta él último de los miembros presentes; las bajas y "daños colaterales" eran un precio asumible. La razón de esta orden era que otros agentes habían descubierto que las actividades criminales del Daask encubrían algún tipo de conspiración contra Breland, y había que actuar rápido y sin piedad: se sospechaba que el Daask servía a otra persona o fuerza externa a Sharn, e incluso probablemente al país en sí, con insidiosas intenciones para con la corona. Los Linternas se frotaban las manos mientras T les decía que no era importante hacer prisioneros o recuperar el tesoro (podían quedarselo si lo encontraban), pero era prioritario identificar y eliminar a la cúpula organizativa del Daask; la magia ya se encargaría de hacer hablar a los muertos. Como incentivo, T mencionó la posibilidad de ser pagados con algunos de los valiosos objetos almacenados en cierta cámara secreta en los sótanos del almacén de Aduanas de la Corona en Sharn...

CONTINUARÁ...