martes, 28 de julio de 2009

Y ahora, ¿por dónde?


El último día comenzó una alegre discusión sobre el curso de acción que el grupo iba a seguir en su empeño por derrotar definitivamente (o deberíamos decir lo más definitivamente posible) a los Quori. Teniendo presente la capacidad de Orok de desplazarse hasta Dal Quor una vez al día, se abren muchos nuevos caminos, así que es hora de poner las ideas en común y tomar una decisión acerca de como enfocar esta apoteósica recta final de campaña. Abro este nuevo post con la intención de generar aquí el inevitable debate y ahorrarnos tiempo de juego (además de que, cuanto antes toméis una decisión conjunta sobre lo que vais a hacer, antes me pongo yo a prepararlo...). Las ideas que Warlack, Orok y Takhisis barajaron el último día fueron:

-Ir a X´endrik en busca de los artefactos de los gigantes, pero para mover el plano de Xoriat y colocarlo sobre Dal Quor, para desatar una guerra entre Aberraciones y ajenos de los sueños que degenere en matanza; una vez desplazado el plano, vuestro trabajo sería meter cizaña entre ambas razas y ver el espectáculo comiendo palomitas...

-Llevar la guerra a Dal Quor, es decir, levantar un ejercito extraplanario en vez de uno terrenal, y por medios aún por definir (Desplazamiento de plano, reliquias gigantes, algún otro medio rapiñado a los Quori que utilice su sistema de monolitos...) llevarlo hasta Dal Quor y exterminar a los Quori; probablemente la opción más dificil y la que solucina de manera más definitva la amenaza...

-Asesinatos selectivos tanto en Dal Quor como en Riedra, decapitando el esfuerzo Quori por acercar su plano al material y abriendo camino a otras opciones más permanentes, como invasiones en ambos planos; como casi todas las opciones, es un hibrido del resto, y puede funcionar si sus partes se ejecutan bien y rápido...

-Aprovechar el conocimiento de los druidas orcos y generar guardas que eviten el acercamiento planario; probablemente sería necesario realizar una serie de ataques en Riedra y devastar los monolitos para que no contrarrestasen la acción de dichas guardas, por lo que de nuevo estamos ante una mezcla de planes de acción...

Como veis, existen infinitas posibilidades para encarar el problema e infinitas maneras de combinarlas (aunque, lógicamente, no todas son igual de buenas, ni tienen las mismas posibilidades de éxito...). Espero que discutáis el asunto durante los próximos días, y lleguéis a un consenso sobre la vía a seguir. En principio no tenéis porqué apresurar el asunto, pero tened en cuenta que hasta que me comuniquéis una decisión clara, con mayoría de votos a favor, no prepararé nada y, por tanto, no se jugará. Saludos y ¡a por los Px!

domingo, 19 de julio de 2009

Diplomacia de campo


Tras la caída de Tirashana, Orok, Takhisis y Warlack se dirigieron a informar a Tihton; ante la información recibida, Banarak hizo notar a los Agentes que no había pruebas ni testigos que pudiesen confirmar su versión o defenderles ante una posible reclamación por parte de la casa Deneith; además, quedaba pendiente saber si toda la casa Deneith o solo una parte estaba "infectada", y en caso de ser solo unos pocos, o tal vez solo la rama sharnia de la casa, necesitarían algo que poder presentar ante los líderes Deneith para que tomasen en serio la amenaza y actuasen en consecuencia. Nadie podía permitirse a estas alturas que los quori tomaran el control de una casa de la Marca del Dragón, menos aún una que posee miembros dentro de los ejercitos y guardias de todos los reinos de Khorvaire.
El primer paso fue lanzar clarividencia sobre el enclave Deneith de Arco Cúprico para saber si todavía estaban disponibles los cadáveres de Tirashana y del resto de guerreros quori; allí, varios guardias Deneith observaban asombrados el monolito como si fuese la primera vez que lo veían, bajo las órdenes de un humano musculoso con un brazo de metal injertado que reconstruía la pelea con Tirashana y sus acolitos con bastante precisión; tras observarle un rato, los Agentes consideraron que no estaba poseido ni implicado en la conspiración, y que podía ayudarles a destaparla. Por ello se teleportaron ante él y, de manera privada aunque no discreta le contaron lo que sabían. Aunque no había pruebas que avalasen su historia, el Alguacil Centinela Ida Deneith consideró que había suficientes indicios de que algo extraño ocurría como para interrogar a la heredera superviviente, Tasra Deneith. Como precaución los Agentes escudriñaron a Ida durante todo el proceso, mientras discreta pero inexorablemente penetraba con sus esbirros dentro del enclave Deneith hasta llegar a las habitaciones de Tasra y, distrayéndola con las noticias acerca de la muerte de su familia (algo que ella ya sabía pero ante lo que debía fingir reaccionar si quiería mantener su tapadera) colocó unos cristales tetraedrícos alrededor de ella que la inmovilizaron y que al parecer provocaban gran dolor ante el movimiento y la mentira; en apenas 30 minutos Ida conocía de primera mano la historia de la infiltración de los quori en la casa Deneith, así como los nombres de todos los implicados directamente y de aquellos que sospechando o sabiendo algo no habían actuado por el bien de la casa. A través de un espejo mágico entró en comunicación con un superior suyo, Uliath D´Deneith, que le ordenó limpiar a sangre y fuego la corrupción de la casa, tras lo cual fue nombrado nuevo patriarca Deneith en Sharn. Con este testigo, y la casa Deneith limpia y alerta, Banarak Tithon estab satisfecho...
Pero poco duró la tranquilidad para los agentes, ya que antes de poder plantear siquiera el siguiente movimiento contra los quori fueron informados de que el rey Boranel en persona reclamaba su presencia para consultarles acerca del encuentro con las Sagas; en una informal reunión alrededor de la chimenea, Boranel planteó sus dudas con respecto a la necesidad de unirse a las Sagas, dudas que fueron despejadas por los Agentes a favor de la reunión con las mismas. Visto su celo, el rey les pidió que formasen parte de su escolta para el encuentro, cosa que aceptaron gustosamente.
La reunión tuvo lugar en un lugar determinado al azar de las montañas Murogris; allí, las Sagas plantearon una unión incondicional entre Breland y Droaam que pilló a todos bastante por sorpresa. Sin embargo el rey Boranel quería antes de nada saber quien era el culpable de la muerte de su esposa, a lo cual las Sagas respondieron que habían tomado las medidas oportunas para que el culpable se presentase ante el rey antes de acabar la reunión. En ese momento, y a pesar de las medidas de precaución tomadas, la escolta de Boranel se volvió en su contra: tres Rakshashas, y dos más que llegaron vía teletransporte, se unieron a una misteriosa espadachina en un intento de asesinar al rey; sin inmutarse, las Sagas señalaron a la espadachina afirmando que ella era la asesina de la esposa de Boranel. Takhisis, Orok e incluso Warlack, a pesar de formar parte nominal de la escolta de las sagas como campeón suyo, se lanzaron al combate con presteza, desbaratando la sorpresa de los asaltantes y exterminándolos antes de que tuviesen tiempo de atacar al rey, que también se unió a la refriega y apenas sufrió un rasguño.

martes, 14 de julio de 2009

Pues entonces, de excursión a Dal Quor...


Tras haber eliminado a lo que parecía la guardia del monolito, dentro del reducto de los Deneith en Arco Cúprico, nuestros intrépidos Agentes de la Corona Brelia comenzaron a escuchar una peligrosa risa en su mente; primero Warlack, después Orok, Sheark, todos comenzaron a ser asaltados brutalmente dentro de sus pensamientos, con desigual resultado: algunos caían en la inconsciencia, otros a punto estaban de morir con la sangre corriendo desde sus bocas y oidos. Sin embargo la aparición de Takhisis, Haiass y Abrojo hizo al enemigo centrarse en los nuevos refuerzos, y las negaciones psiónicas prepararon el camino a los hechizos que finalmente acabaron con el terrible reinado de Tirashana...

...¿o no?

La paz fue solo momentanea, ya que una niebla comenzó a cubrir la sala desde el piso inferior, materializandose de entre ella unas cuarenta figuras humanoides, pálidas y de largos colmillos; destacando entre ellas, la poderosa Reina vampira Akasha, reclamó su derecho de vida y muerte sobre todo lo que vive y se arrastra por Sharn. Sorprendida por la capacidad de los agentes, dudó entre convertirlos a la no muerte o exterminarlos como testigos poderosos e indeseados. Al final, pudo más el sentido práctico pues, como atestiguaban las seis cabezas momificadas que extrajo de su morral, por muchas veces que se acabe con un Inspirado este volverá en tanto no se resuelva definitivamente el dilema quori.
Para ello relató a los Agentes las vicisitudes de las guerras entre los Gigantes y los Quori, el fatídico resultado que acabó destruyendo el imperio gigante y alejando para siempre Dal Quor del plano material, y los esfuerzos realizados por los Inspirados de Riedra por unir ambos planos. Dos vías de acción se abrían ahora: viajar a Dal Quor y eliminar directamente la amenaza quori, u conquistar y destruir Riedra y los inspirados, aislando de nuevo a los Quori en su plano. Tras muchos debates y cambios de opinión, se optó por el primer camino.