Continuaba ayer (más bien comenzaba) la expedición de los K.f.m. de los túneles bajo la casa del difunto Ina; las enormes puertas de bronce llamaban poderosamente la atención y curiosidad del grupo, pero la posibilidad de dejar enemigos a sus espaldas les hizo intentar primero la exploración de los cercanos y oscuros túneles. El problema de carecer de visión en la oscuridad se hizo patente cuando Sheark, el mejor explorador del grupo, no pudo internarse mucho en la caverna sin hacer que algunas voces que dialogaban al fondo del túnel se callasen expectantes. Tras mucho debatir, se decidió que Sheark avanzase primero, atento el oido, con Warlak, Rürik y Haiass a una distancia prudente usando su visión en la oscuridad; cerraba filas Deerian, atento a cualquier ruido para encender una antorcha. Mientras tanto, sus enemigos se preparaban y se situaban para una emboscada...
Sólo el buen oido de Sheark y su agilidad le impidieron caer en los primeros compases de la lucha, cuando una figura enfundada en armadura completa atacó desde las sombras, seguido de cerca por una explosión de fuego proveniente de otro enemigo oculto; aquí, contra todo pronostico, fallaron los reflejos de Sheark, aunque la rápidez de Deerian le salvó la vida una vez más. Ante el avance de Warlak, imparable, una tercera figura se materializó en su camino ¡un Ifrit invisible!. La estrategia del genio y el humanoide blindado parecía superior, y a punto estuvieron de acorralar a Warlak, pero la fuerza de este último le libró del genio, dejando camino libre para que el resto eliminasen al hombre de la armadura.
Tras varios asaltos de presión por parte de los K.f.m., y a pesar de haber estado bastante apurados, sólo quedaba en pie el misterioso lanzador, un psiónico protegido por un muro de ectoplasma, responsable de varias explosiones, intentos de dominación y muerte variada sobre el grupo. Cuando Haiass eliminó la barrera que lo protegía, el enemigo la identificó como psiónica, profiriendo las siguientes palabras: "Elan, mil veces maldito por el consejo de la Oscuridad onírica" en Dal quor, para continuar en común: "tu caerás el último, pues tú maldición es una tortura eterna" Ante la falta de respuesta emocional o reconocimiento alguno por parte de Haiass, pareció recordar algo y afirmó casi para si mismo "eres aquel renegado a quien borraron la memoria..."Haiass pidió que se respetase su vida para interrogarlo, y durante la refriega aún tuvo tiempo de identificar la cimitarra de Deerian, proclamando: "Viento del desierto, ladrones y asesinos hasta el final...". Tras reducirlo a puntos negativos se le reanimó para interrogarle, pero no estaba por la labor "no trato con criaturas inferiores", y resultó evidente que la muerte no le asustaba en absoluto: "sólo está cáscara morirá, yo vivo para siempre; volveremos a encontrarnos y os arrodillareis ante mí..." Por supuesto, los K.f.m. acabaron con "ella", que en realidad resultó ser Neimann, cubierto por una piel psiónica...
Despúes, tras mucho debatir y confirmar la "dicha" de la empresa mediante un augurio, forzaron las puertas de bronce y entraron en lo que resultó ser un templo a Blibdoolpoolp, la Madre de los mares, diosa de los Kuo-toa. Acabaron con varias de estas criaturas, incluyendo a uno de sus clérigo y a un troll, y a un par de extrañas criaturas que parecían cerebros con patas; aunque no les resultó difícil acabar con todos ellos, descubrieron unos trofeos que a punto estuvieron de hacerles retroceder: las cabezas perforadas de varios humanoides, que relacionaron con los terribles azotamentes y sus desagradables hábitos alimenticios. Finalmente decidieron continuar un poco más (justamente llegaron hasta la sala del tesoro...) y descansar, para librar el próximo día a la tierra de tan terrible aberración...