El torneo de las Tres Sagas resultó ser un apasionante enfrentamiento en tres fases eliminatorias: al menos uno de los miembros del grupo debía luchar y vencer al campeón de cada fase para poder enfrentarse a los actuales campeones del torneo y ganar el mismo; el primer día se libraron combates individuales, luchando Warlack con tres minotauros, Haiass con dos ogros, Sheark con un Kiton y Rürik con una manada de lobos. Ninguno de los combates resultó excesivamente complicado, y las sucesivas apuestas hicieron ganar a los aventureros pringües beneficios; a destacar los cuatro combates de Marin Brey (con 10 Grantrasgos, dos Ettin, 6 Aulladores y 4 Sombras sucesivamente...) y la fácil victoria de Warlack en segunda ronda contra el campeón del grupo, un Grantrasgo Guerrero/mago...
Esa noche los Linternas fueron guiados con los ojos vendados a través del barrio de Puerta de Khyber hacia el lugar donde serían iniciados por la lider del Daask; tanto Takhisis como Nit se las arreglaron para ver por donde eran llevados, aunque pronto fueron conducidos a las profundas cavernas que sustentan los Engranajes de Sharn. Muchas vueltas y recovecos destinados a desorientarles despues, entraron en un complejo de cuevas magmáticas moldeadas con magia en estancias esféricas, en una de las cuales les esperaban, en una especie de altar, varios encapuchados liderados por una mujer vestida con túnica negra. Frente a tan siniestra comitiva, una afable mujer armada con un espadón y vestida con armadura de cuero se presentó como Cavallah, la lider del Daask...
El segundo día de combates los K.f.m. tuvieron que formar parejas; primero Warlack y Haiass se enfrentaron a una Medusa infernal que no resultó rival para ellos aún luchando con los ojos cerrados. Sheark y Rürik se decidieron por un fácil combate con un tigre terrible, y finalmente Warlack y Marin efectuaron un ejemplar combate de "muerte en un solo asalto por doble carga" sobre la campeona de grupo, una Ogra hechicera que no tuvo tiempo de reaccionar. La cuenta de apuestas seguía subiendo, y algunos de los miembros del grupo hicieron "saltar la banca" y se les prohibió seguir apostando, lo cual no impidió que otros lo hiciesen por ellos...
Cavallah explicó a los Linternas que el Daask apenas era una tapadera que financiaba con sus actividades delictivas una causa mucho mayor: el mundo humano era corrupción y destrucción, los reinos de los hombres atenazaban y esclavizaban al resto de razas en su búsqueda de poder sin sentido. La prueba estaba en los cien años de guerra fratricida que habían sumido a Khorvaire en el caos y la miseria. Pero mucho antes que ellos hubo grandes imperios destinados a retornar, y en esta hora de debilidad humana el Daask, y aquellas que lo habían creado, se preparaban para dar el golpe definitivo primero sobre Breland, estandarte de la cultura humana, y despúes sobre los demás reinos del hombre. A pesar de algunos momentos de duda, los Linternas decidieron rechazar la oferta de paz para todas las criaturas, poder y beneficios de Cavallah y mantenerse firmes en su compromiso para con la corona Brelia: identificado el lider del Daask, procedieron a cumplir su misión de exterminio...
El tercer día de combates los K.f.m., ya como grupo, comenzaron enfrentándose a un Zombi colosal, que no representó casi ningun problema para ellos a pesar de su gran alcance y resistencia. Había llegado el momento de la verdad y el enfrentamiento con los campeones indiscutibles de los cinco torneos anteriores: los desolladores de Akk-Thagg, un grupo de cambiantes encabezados por un poderoso guerrero armado con un hacha enorme y formado por una leona con alas, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera armada con dos katanas...
Aunque la sacerdotisa y sus acólitos no presentaron apenas resistencia al asalto combinado de los Linternas, los distrajeron lo suficiente para que Cavallah se convirtiese en bruma y huyese por el desagüe del altar; comenzó así una persecución a través de varias camaras similares en las que Cavallah iba interponiendo trampas y secuaces al implacable avance del grupo; aunque trolls y minotauros se sucedían en su camino, la guadaña implacable de los Linternas segaba cuanto se ponía por delante. Pero las prisas por interceptar a la lider del Daask, que parecía reirse de ellos con sus continuas huidas y esperas, les hizo olvidar las más elementales precauciones, y cayeron todos en una peligrosa trampa de Consumir energía que inflingió varios niveles negativos a todo el grupo...
Los K.f.m. prepararon con cuidado su estrategia y se colocaron dispersos en la arena del coliseo; los desolladores, como campeones, tenían la ventaja de colocarse después de que lo hiciesen los aspirantes, y se decidieron también por una formación abierta, buscando los combates uno contra uno. Desde el primer momento los terribles golpes del lider de los desolladores y los devastadores rayos del hombrecillo invisible pusieron en aprietos a los K.f.m., que intentaron abrirse más y esquivar a los enemigos que más daño les hacían; Rürik no pudo soportar los terribles embates y cayó fulminado en la arena...
No hubo más remedio para los Linternas que usar el teletransporte y comprar pergaminos de restablecimiento para eliminar los efectos de la trampa antes de continuar, pero en ese tiempo los más poderosos esbirros del Daask se prepararon y les tendieron una emboscada: al salir de una sala les esperaba un grupo de peligrosos orcos, un poderoso guerrero armado con un hacha enorme, una Ettin lanzadora de conjuros, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera montada en un jabalí terrible y armada con lanza y escudo...
Aunque Warlack practicamente partió por la mitad al lider enemigo, este continuó luchando sin pestañear, envuelto en una furia imparable; aunque varios contraataques parecieron hacer mella en los desolladores, los K.f.m. tuvieron que observar con horror como Sheark, aunque conseguía evitar los ataques del enorme hacha, caía muerto por los implacables rayos que salían de la nada. Sólo entonces Warlack conseguía eliminar a la mujer de las dos katanas, pero no antes de que Marin Brey sucumbiese también a los mortales poderes del invisible atacante...
Desde el primer momento los Linternas, cansados y agotados sus recursos tras la frustrante presecución, vieron que no podrían vencer a los orcos; Nalim compró con su vida ante la enorme hacha del guerrero el tiempo que necesitaban sus compañeros para reagruparse y teleportarse a lugar seguro. Desde allí pudieron observar mediante escudriñamiento como Cavallah, Harash, otras dos medusas y un Basilisco se unían a los poderosos orcos en una sala dominada por un extraño espejo. Entre la espada y la pared, entre la corona de Breland y el abrumador número de enemigos, los Linternas se aprestaron para morir matando y cumplir con su deber en un último asalto sorpresa de sangre y fuego...
Ignorando al terrible Berserker del hacha, los K.f.m. eliminaron a la leona que mantenía en jaque a Haiass, justo en el momento en el que el líder de los desolladores, acabado ya su ímpetú de lucha, sucumbía finalmente a las terribles heridas que el grupo le había inflingido; superado en número y agotado su poder, el cambiante invisible salió del área de combate y se quitó su anillo de invisibilidad, rindiéndose y cediendo el manto de la victoria a los K.f.m. supervivientes, que al recoger a sus camaradas caídos descubrieron con sorpresa que Marin aún respiraba...
La clara desventaja otorgó a los Linternas una fría furia nacida de la desesperación que pilló completamente por sorpresa a sus enemigos; una impresionante combinación de ataques mortales, magia, psiónica y acero dieron cuenta de prácticamente todos sus enemigos antes de que pudiesen reaccionar. Al despejarse el humo sólo quedaban en pié los Linternas y el orco del hacha, que Takhisis logró dominar antes de que entrase en frenesí; solo quedaba recoger el tesoro amasado por el Daask durante todo ese tiempo y avisar a T...
Apenados pero ricos, los K.f.m. escucharon de boca de Sora Katra cual era la misión que tanta sangre les había costado (no sin que antes Sora Teraza mencionara cierta profecía que parecía atar a las tres Sagas en su interminable juego de destino y poder): custodiar una gema transparente colocada en un pedestal de un grupo de personas que tarde o temprano vendrían a reclamarla; si lo conseguían, el pasaje a la bóveda de Arcánix sería suyo...
Apenados pero ricos, los Linternas escucharon de boca de T cual sería la misión final que pondría fin a la conspiración del Daask: atravesar el portal-espejo para reclamar sigilosamente en la capital de Drooam una gema trasparente sin la cual las tres Sagas no podrían completar sus planes contra Breland; si lo conseguían, el pasaje a la cámara secreta de las aduanas de Sharn sería suyo...
Esa noche los Linternas fueron guiados con los ojos vendados a través del barrio de Puerta de Khyber hacia el lugar donde serían iniciados por la lider del Daask; tanto Takhisis como Nit se las arreglaron para ver por donde eran llevados, aunque pronto fueron conducidos a las profundas cavernas que sustentan los Engranajes de Sharn. Muchas vueltas y recovecos destinados a desorientarles despues, entraron en un complejo de cuevas magmáticas moldeadas con magia en estancias esféricas, en una de las cuales les esperaban, en una especie de altar, varios encapuchados liderados por una mujer vestida con túnica negra. Frente a tan siniestra comitiva, una afable mujer armada con un espadón y vestida con armadura de cuero se presentó como Cavallah, la lider del Daask...
El segundo día de combates los K.f.m. tuvieron que formar parejas; primero Warlack y Haiass se enfrentaron a una Medusa infernal que no resultó rival para ellos aún luchando con los ojos cerrados. Sheark y Rürik se decidieron por un fácil combate con un tigre terrible, y finalmente Warlack y Marin efectuaron un ejemplar combate de "muerte en un solo asalto por doble carga" sobre la campeona de grupo, una Ogra hechicera que no tuvo tiempo de reaccionar. La cuenta de apuestas seguía subiendo, y algunos de los miembros del grupo hicieron "saltar la banca" y se les prohibió seguir apostando, lo cual no impidió que otros lo hiciesen por ellos...
Cavallah explicó a los Linternas que el Daask apenas era una tapadera que financiaba con sus actividades delictivas una causa mucho mayor: el mundo humano era corrupción y destrucción, los reinos de los hombres atenazaban y esclavizaban al resto de razas en su búsqueda de poder sin sentido. La prueba estaba en los cien años de guerra fratricida que habían sumido a Khorvaire en el caos y la miseria. Pero mucho antes que ellos hubo grandes imperios destinados a retornar, y en esta hora de debilidad humana el Daask, y aquellas que lo habían creado, se preparaban para dar el golpe definitivo primero sobre Breland, estandarte de la cultura humana, y despúes sobre los demás reinos del hombre. A pesar de algunos momentos de duda, los Linternas decidieron rechazar la oferta de paz para todas las criaturas, poder y beneficios de Cavallah y mantenerse firmes en su compromiso para con la corona Brelia: identificado el lider del Daask, procedieron a cumplir su misión de exterminio...
El tercer día de combates los K.f.m., ya como grupo, comenzaron enfrentándose a un Zombi colosal, que no representó casi ningun problema para ellos a pesar de su gran alcance y resistencia. Había llegado el momento de la verdad y el enfrentamiento con los campeones indiscutibles de los cinco torneos anteriores: los desolladores de Akk-Thagg, un grupo de cambiantes encabezados por un poderoso guerrero armado con un hacha enorme y formado por una leona con alas, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera armada con dos katanas...
Aunque la sacerdotisa y sus acólitos no presentaron apenas resistencia al asalto combinado de los Linternas, los distrajeron lo suficiente para que Cavallah se convirtiese en bruma y huyese por el desagüe del altar; comenzó así una persecución a través de varias camaras similares en las que Cavallah iba interponiendo trampas y secuaces al implacable avance del grupo; aunque trolls y minotauros se sucedían en su camino, la guadaña implacable de los Linternas segaba cuanto se ponía por delante. Pero las prisas por interceptar a la lider del Daask, que parecía reirse de ellos con sus continuas huidas y esperas, les hizo olvidar las más elementales precauciones, y cayeron todos en una peligrosa trampa de Consumir energía que inflingió varios niveles negativos a todo el grupo...
Los K.f.m. prepararon con cuidado su estrategia y se colocaron dispersos en la arena del coliseo; los desolladores, como campeones, tenían la ventaja de colocarse después de que lo hiciesen los aspirantes, y se decidieron también por una formación abierta, buscando los combates uno contra uno. Desde el primer momento los terribles golpes del lider de los desolladores y los devastadores rayos del hombrecillo invisible pusieron en aprietos a los K.f.m., que intentaron abrirse más y esquivar a los enemigos que más daño les hacían; Rürik no pudo soportar los terribles embates y cayó fulminado en la arena...
No hubo más remedio para los Linternas que usar el teletransporte y comprar pergaminos de restablecimiento para eliminar los efectos de la trampa antes de continuar, pero en ese tiempo los más poderosos esbirros del Daask se prepararon y les tendieron una emboscada: al salir de una sala les esperaba un grupo de peligrosos orcos, un poderoso guerrero armado con un hacha enorme, una Ettin lanzadora de conjuros, un nervioso hombrecillo que se acariciaba nerviosamente la mano y una guerrera montada en un jabalí terrible y armada con lanza y escudo...
Aunque Warlack practicamente partió por la mitad al lider enemigo, este continuó luchando sin pestañear, envuelto en una furia imparable; aunque varios contraataques parecieron hacer mella en los desolladores, los K.f.m. tuvieron que observar con horror como Sheark, aunque conseguía evitar los ataques del enorme hacha, caía muerto por los implacables rayos que salían de la nada. Sólo entonces Warlack conseguía eliminar a la mujer de las dos katanas, pero no antes de que Marin Brey sucumbiese también a los mortales poderes del invisible atacante...
Desde el primer momento los Linternas, cansados y agotados sus recursos tras la frustrante presecución, vieron que no podrían vencer a los orcos; Nalim compró con su vida ante la enorme hacha del guerrero el tiempo que necesitaban sus compañeros para reagruparse y teleportarse a lugar seguro. Desde allí pudieron observar mediante escudriñamiento como Cavallah, Harash, otras dos medusas y un Basilisco se unían a los poderosos orcos en una sala dominada por un extraño espejo. Entre la espada y la pared, entre la corona de Breland y el abrumador número de enemigos, los Linternas se aprestaron para morir matando y cumplir con su deber en un último asalto sorpresa de sangre y fuego...
Ignorando al terrible Berserker del hacha, los K.f.m. eliminaron a la leona que mantenía en jaque a Haiass, justo en el momento en el que el líder de los desolladores, acabado ya su ímpetú de lucha, sucumbía finalmente a las terribles heridas que el grupo le había inflingido; superado en número y agotado su poder, el cambiante invisible salió del área de combate y se quitó su anillo de invisibilidad, rindiéndose y cediendo el manto de la victoria a los K.f.m. supervivientes, que al recoger a sus camaradas caídos descubrieron con sorpresa que Marin aún respiraba...
La clara desventaja otorgó a los Linternas una fría furia nacida de la desesperación que pilló completamente por sorpresa a sus enemigos; una impresionante combinación de ataques mortales, magia, psiónica y acero dieron cuenta de prácticamente todos sus enemigos antes de que pudiesen reaccionar. Al despejarse el humo sólo quedaban en pié los Linternas y el orco del hacha, que Takhisis logró dominar antes de que entrase en frenesí; solo quedaba recoger el tesoro amasado por el Daask durante todo ese tiempo y avisar a T...
Apenados pero ricos, los K.f.m. escucharon de boca de Sora Katra cual era la misión que tanta sangre les había costado (no sin que antes Sora Teraza mencionara cierta profecía que parecía atar a las tres Sagas en su interminable juego de destino y poder): custodiar una gema transparente colocada en un pedestal de un grupo de personas que tarde o temprano vendrían a reclamarla; si lo conseguían, el pasaje a la bóveda de Arcánix sería suyo...
Apenados pero ricos, los Linternas escucharon de boca de T cual sería la misión final que pondría fin a la conspiración del Daask: atravesar el portal-espejo para reclamar sigilosamente en la capital de Drooam una gema trasparente sin la cual las tres Sagas no podrían completar sus planes contra Breland; si lo conseguían, el pasaje a la cámara secreta de las aduanas de Sharn sería suyo...