lunes, 27 de junio de 2011

Lento barco desde Chiba (parte 3)


Tras salir de la Zona, una breve parada en el Hope les permitió deshacerse fácilmente de los cuerpos gracias a los contactos de Axeman: alguien recibiría mañana un hígado kazajo... Joe ya había pasado la resaca de las anfetas, y se unió a la fiesta, mientras Godiva llevaba al taller la moto a que le repintasen unos rasguños de unas cuantas agujas perdidas...

En la cartera de Fargo destacaba una tarjeta llave para el Palacio de las marionetas, una pensión barata de ataúdes cerca del centro corporativo; Diego conocía la reputación "lúdica" del sitio: una llave, dos personas; si no, los dueños no hacen caja... Pocos de los inquilinos se quedan más de unas horas. El vehículo que habían pillado enfrente del Cubo era una furgoneta blindada Armadillo a la que le habían quitado el transpondedor: perfecto para el punk que se mueve. En unos minutos estaban en el Palacio, pagando a un gerente puestisimo de Ángel azul una tarjeta llave para poder entrar los cuatro...
Temiéndose una trampa, todos escrutaron la puerta del ataúd de Fargo; sin embargo, si Indie no hubiese llevado conectado permanentemente el escáner técnico hubiese sido imposible detectar las leves emisiones electromágneticas que emanaban de dentro del habitáculo. Lince y Diego no estaban por la labor de esperar cerca de la puerta mientras Indie realizaba un diagnóstico: algún tipo de aparato emitía algo que rebotaba contra las paredes desde el interior; si cambiaba el campo, como abriendo la puerta, dispondría de unos doce segundos antes de que lo que sea se activase. No había más opción, y mientras todos se apartaban aún más Indie abrió para encontrarse con una especie de tubo lanzatorpedos forrado de espuma, con una videopantalla porno al fondo y un maletín en medio: la emisión surgía de debajo de este, trampeada con un detonador de presión... Por suerte la pericia con los explosivos de Indie le permitió extraer el fulminante del C-6 sin problemas: los componentes de la trampa eran muy profesionales, pero el que los montó no era un experto. Dentro del maletín destacaban dos pistas claras entre el resto del contenido (un guante de combate, un traje barato, un chip de crédito y un analizador de voz): una tarjeta-llave para una de las 8000 taquillas del Aeropuerto Internacional de Night City, y la tarjeta de visita del Emporio de Rafael del Rock&roll, un museo del rock para turistas; detrás de la tarjeta de visita, escrito con tinta ultravioleta, una cita: a las siete de la tarde del día siguiente en el Elvis 2. Tenían tiempo para crackear la llave y registrar la taquilla...
Tras pedirle un programa descodificador a Cuchillas, Diego e Indie descifraron el Nº de la taquilla que abría la llave, y Lince y Joe fueron a comprobar el contenido: eran los únicos a los que seguridad Arasaka no pararía nada más entrar el el Aeropuerto... Desarmados y tranquilos, pasaron los torniquetes que daban a las taquillas, pero el tipo de seguridad sospechaba algo. Deprisa, metieron el contenido de la taquilla en una bolsa (algunos trajes, complementos de moda masculina, dinero en efectivo y unos pendientes de diamantes) y salieron intentando aparentar ser pareja sin mucho éxito; los guardias Arasaka les hicieron entrar en una sala para un registro... a fondo. Sin embargo, lo único que podía comprometerles, un pasaporte falso, lo habían dejado en la taquilla. A regañadientes los dejaron marchar...

Solo quedaba ir a ver a el "Rey"; el museo era una mezcla de histrionismo y mal gusto a partes iguales: videomuros hasta el techo contando la historia del rock, muñecos mecánicos recubiertos de piel sintética emulando a las leyendas de la música moviéndose desacompasadamente y tres enormes esculturas holográficas de tres metros y medio de Elvis, Bono y Silverhand... Un campo de disrupción unido a un detector de metales evitaba que nadie entrase armado ni con blindaje pesado, así que tras dejar la artillería con Joe en la furgoneta a la puerta del local, entraron directamente hasta el fondo hacia el enorme Elvis holográfico, donde rápidamente localizaron a Anashko Mitshiko, uno de los contactos listados en la ficha de Fargo, que esperaba nerviosamente; sin embargo no estaba sola: un Kazajo de los del Cubo de basura la vigilaba desde la puerta de los servicios... Diego se fue para ella entrándole a base de seducción y unos pasos de baile, intentando sacarla de la linea de fuego sin llamar la atención y avisándole al oído de que venían de parte de Fargo. Cuando Diego hizo contacto, Indie volvió a lanzarse cual bola de demolición panzerfaust contra el Kazajo, aunque esta vez evitando dejar muerte y destrucción en su trayectoria, matando solamente a su objetivo con otro letal barrido de pierna. Lince se puso a cubierto tras la estatua de bono, y antes de que Diego hiciese lo propio con la del "Rey", tres Kazajos más salieron de entre la gente desde la parte delantera del Emporio: la granada de cyberbrazo de uno no alcanzo ni a Lince ni a Indie, cubierta tras el muro de los servicios, aunque si destrozó a media docena de turistas; el micromisil de otro no consiguió volarle la cabeza a Mitshiko, pero si le destrozó la pierna y la dejo inconsciente. Diego la puso a cubierto, pirateando los hologramas para cambiarlos por los Manowar "Fighting the world", y llamaron a Joe con la artilleria. El tercer Kazajo sacó su arma pero erró el tiro dándole a un turista delante de Diego. Indie salió entonces de la cobertura para partir por la mitad al tipo de los micromisiles, cubriéndose después del fuego concentrado de los otros dos con el cadáver de su compañero. Lince había salido por una ventana trasera y corría hacia delante buscando sus armas, mientras Joe se hacia una puerta en el muro para evitar el campo disruptor y destrozaba de un martillazo al tipo del lanzagranadas, que estaba dejando todo el emporio lleno de cadáveres a base de granadas de agujas... Lince volvió a entrar por otra ventana en busca de sus armas, pero Indie descartó de nuevo la cobertura y acabó con el último enemigo, y todos se largaron a paso ligero. Sólo Manowar seguía en pie, contemplando sin ver a los kazajos muertos y las dos docenas de turistas que tapizaban el suelo: ¡yeah, fight...!

martes, 21 de junio de 2011

Lento barco desde Chiba (parte 2)


Diego volvía solo de otra noche de desenfreno nocturno: Joe estaba fuera de juego por las drogas y el alcohol, Preacher intentaba pasar la resaca como podía; de Lince no sabía nada excepto que habían quedado en el Cubo de basura más tarde... Con semejante panorama, una rápida birra en el Hope y una promesa de buen dinero hizo que Indie y Godiva se uniesen a la fiesta; siguiente parada, el Fast Eddie´s Pool Hall, en la Zona.

Lince quería salir de allí. De verdad que si. Pero con Piolet dormido en el portal, no tenía apoyo ninguno que frenase... la pasión, y el siguiente fue en la ducha. No pudo decirle que no, y se quedó a dormir con ella...

El Fast Eddie´s no era un local muy limpio, ni muy nuevo, pero tenía su encanto, con los dos parroquianos jugando al fondo y su delgado y anciano barman con gafas de soldador. Lleno de humo de tabaco y con las arcaicas bombillas de filamento a media luz, Diego se acercó al pelirrojo de la mecedora de madera que se balanceaba tras la barra para pedirle que cambiase el country que sonaba, a lo cual se negó en redondo; en vez de preguntar directamente, Diego intentó sonsacarle acerca de Toothpick, el supuesto contacto de Wells, mientras Indie y Godiva intentaban un extraño baile de seducción con los dos habituales; al final, los dos tipos consiguieron zafarse de sus bruscas maneras gracias a que el cabreado camarero sacó la recortada de debajo de la barra; si, era Toothpick, y al mencionar a Fargo Wells les dijo que antes habían venido otros tipos preguntando por él, Kazajos para más señas (no iba muy bien de la vista, pero su oido era el mejor que el dinero puede comprar...). Aunque les había dicho unos cuanto sitios donde podía estar Fargo para quitarselos de encima, solo les llamó la atención el Cubo de basura. Era la siguiente parada.

Lince se despertó antes. Se vistió y esperó armada a que Caitlin se despertase. Mientras ésta última se desperezaba, la urgencia en su voz la desarmó totalmente; no pudo negarse, una vez más. Al salir de la casa, Piolet estaba destrozado de esperar y se retiró a descansar. Lince se encaminó sola al Cubo de basura, preguntándose qué demonios había ocurrido y porqué le importaba tan poco la respuesta a esa pregunta...

El Cubo de basura hacía honor a su nombre: una pila de medio metro de residuos de todo tipo amortiguaban los pasos al andar; la leyenda local dice que se han encontrado bajo las capas de desechos cuerpos que llevaban años allí... Sin embargo nada amortiguaba el terrible sonido que surgía de las profundidades del local, y que hacía vibrar hasta las entrañas. La "música" dejó a todo el mundo bastante mareado, y Godiva directamente vació el estomago; la tremenda cantidad de gente que se amontonaba en esa pocilga era algo digno de investigación antropológica. Pero pasar por todo ello valió la pena: al fondo, cerca de la escalera que llevaba al pequeño ventanuco que hacía de barra, Fargo Wells tomaba una copa tranquilamente, convencido de que nadie le buscaría allí. Sin embargo, antes de conseguir abrirse camino hasta él, Indie vio el reflejo del acero entre la multitud: un arma cargada apuntada a Wells; no hubo tiempo para reaccionar, el asesino disparó con velocidad cegadora y la cabeza de Fargo estalló.
Con una rapidez de reflejos inhumana, el asesino se acercó a su derribado objetivo, aprovechando que el sonido del disparo se había perdido totalmente entre el ruido ambiente. Pero Indie estaba lista para responder, y se lanzó a través del gentío girando más y más en un letal ataque de panzerfaust que dejó un reguero de miembros amputados y cuerpos inconscientes en su trayectoria; el asesino, por puro instinto, aún consiguió interponer su monokatana en la trayectoria del golpe, y mientras Indie le arrancaba de cuajo una pierna y lo lanzaba ya muerto girando contra la pared del fondo, él asesino partía su katana contra la pierna ciber de ella y le dejaba un bonito recuerdo en forma de fragmento clavado. La dantesca escena provocó el inicio de una avalancha de gente que prometía ser tan peligrosa como un volcán en erupción en ese espacio tan cerrado...
Lince registró rápidamente el cuerpo del asesino: una tarjeta llave de un hotel dentro de la cartera de Wells parecía ser lo que buscaba. Godiva cargó con el cuerpo del asesino y empezó a abrirse paso entre la multitud, seguida por Diego que lanzó una granada de sujección contra la parte delantera del local, intentando frenar a la multitud para poder salir por la puerta antes de que todo se colapsara definitivamente. Un grupo de Cuchillas sangrientas comenzó a rajar a todo lo que se les pusiera por delante desde el fondo del bar, y la gente se convirtió rápidamente en una masa intentando escapar. Para empeorar las cosas, desde la parte delantera del bar comenzaron a escucharse disparos de Ak, y la gente que salía apenas de dos en dos intentaba volver a entrar dentro del garito: cuando los que salían se uniesen a los que entraban, todo el que estaba dentro del bar tendría muchas probabilidades de ser pisoteado hasta morir...

Lince miró hacia pequeña ventana-barra y vio que el barman había desaparecido hacia el interior: su vista potenciada le mostró otra salida al fondo, y por señas consiguió que todos se dirigieran hacía ella antes de que el infierno se desatase. La ventana daba a un pequeño almacén y al fondo una puerta entreabierta conducía a un callejón cerrado por detrás; desde allí los disparos en la parte delantera del local eran más que evidentes, con cuerpos desparramados por todo lo que alcanzaban a ver de la calle principal: en un Toyota aparcado en la acera al otro lado de la puerta principal, un tipo con un subfusil de agujas barría sistemáticamente la puerta del Cubo, en tanto que otro armado con un Ak-47 y cubierto tras un Dataterm disparaba ráfagas cortas sobre la gente que conseguía esquivar la lluvia de fragmentos. Diego pirateó rápidamente un coche cercano y lo acercó al callejón para que Lince pudiese salir con el cuerpo y con la magullada pero aún lista para la acción Indie en el asiento de atrás. Mientras ella atraía los disparos, Diego consiguió tomar el control de la moto de Godiva y llevarla al callejón, desde donde salieron disparados antes de que los asesinos pudiesen reaccionar...