Tras varios meses de fiestas y hospital, los bolsillos de todos estaban lo bastante vacíos como para tomar en serio cualquier propuesta, por peregrina que fuese... Cuando Lince se acercó al Hope como cada noche, un miembro de los Shopistikatz, unos cuantos exóticos reunidos tomando algo frente al bar, se acercó con el móvil en la mano, diciendo "es para ti, devuélvemelo cuando hayas terminado" Al otro lado de la línea, una voz de acento plano le dijo "no digas nada, sólo escucha; contesta si o no cuando te pregunte. Trabajo peligroso pero bien pagado, id al almacén 213 al Oeste de la calle 31. ¿Te esperaré?" La respuesta de Lince fue clara: Sí. Tras poner a todos al día y averiguar que los almacenes estaban abandonados, y que su interlocutor era probablemente japonés, había que buscar un medio de transporte: no habían podido pagar los gastos del ferrari de Preacher, y ahora eran peatones. Uno de los miembros de la familia de Preacher les llevó hasta allá en su furgoneta, cargada de COOH2 de contrabando escondido como garrafas de alcohol (como descubrió Preacher cuando echó un trago y estuvo borracho media noche...) Desde el otro lado de la calle pudieron comprobar que la zona estaba plagada de almacenes abandonados, que el almacén de al lado poseía algún tipo de dispositivo que bloqueaba la señales de radio y de red, y que dentro del almacén 213 sólo había una señal de calor...
Con Preacher fuera de juego por el COOH2, Lince, Piolet y Joe tomaron la iniciativa de entrar en el almacén, apoyados por Diego desde fuera. Ya dentro se encontraron con un hombre de mediana edad que se presento como Wilbur; aunque se las daba bastante, pronto entendieron que, habida cuenta de su actitud y su aptitud, no era una amenaza excepto para si mismo... El tipo que entró acto seguido por la parte de atrás del almacén si que era alguien a tener en cuenta; dijo venir de parte de su contratante, y que la reunión tendría lugar en el almacén de al lado, el 214. Tras dar un poco de coba a Wilbur, le dejo pasar por la puerta y en un único y fluido movimiento, le disparó a la cabeza. Al darse la vuelta para disculparse por el espectáculo, el rifle de Joe ya estaba apuntándole, lo cual lejos de preocuparle pareció agradarle; al parecer, Wilbur estaba allí para rendir cuentas y mandar un claro mensaje a los demás: si juegas con esta gente, tarde o temprano no verás venir una bala... Después pidió a Lince que Diego se uniese a ellos para la reunión, sin que el hecho de que estuviese escondido vigilando pareciese tener ninguna relevancia.
En el otro almacén, y en una sala totalmente insonorizada, alguien situado al otro lado de una pared de espejo les dió más detalles: el trabajo consistía en encontrar y llevar ante él a un tal Fargo Wells, que había robado unos datos genéticos que debían ser recuperados. Para que lo encontrasen, les proporcionó unas fichas sacadas del archivo de la Akaromi Bio Corp, y les prometió que, si cumplían con el acuerdo, la recompensa se mediría en decenas de miles de €$...
En la ficha de Wells había dos contactos con dirección incluida, el de una antigua novia y el de un viejo socio, así como dos fichas más de asociados actuales conocidos, una agente de Infocomp y un euromercenario bastante conocido. Centrándose en este último, Preacher fue a ver al Capitán sureño del destacamento de Militech en Pacifica, que le acogió como a un hijo a su particular estilo y le prometió averiguar lo que pudiese. Por su lado Joe y Diego fueron a ver a Cuchillas para que buscase información a una rave en las afueras de Night City, "el circo", donde Joe disfrutó de rápido sexo anónimo (y de las drogas que Diego le coló en la cerveza), y Diego se hizo un trió con Cuchillas y otro tipo al ritmo de la música... Finalmente, Lince y Piolet fueron a la casa de la antigua novia de Wells, que tras una imagen manipulada en su portero automático al principio se negó a abrirles; sin embargo al mencionar que buscaban a Fargo dejo entrar sola a Lince: al parecer estaba muy enfadada con él.
Lince descubrió pronto que Caitlin no solamente era una mujer excepcionalmente bella, sino que también era una maestra del arte de la seducción: aunque intentó sacar todo lo que pudo de ella, y consiguió que le diese el nombre de un local donde suele estar a veces, el Cubo de Basura, en la zona, fue Caitlin quien se llevó el gato al agua, o más bien, el Lince a la cama... Tras varias sesiones de sexo y de algo de Maria, Lince pensaba poder ablandar a la mujer para sacarle algo más, pero fue Caitlin quien consiguió el teléfono de Lince y la promesa de verse más veces. Piolet sigue esperando en el portal...