Antes de poder explorar el reducto Deneith en el barrio de Arco Cúprico, Haiass, Takhisis, Sheark, Grigori y Abrojo ascendieron desde la guarida del contemplador hasta Desembarco de Tavick inferior, la principal ruta de entrada terrestre a Sharn; aunque eran conscientes de los problemas que podían presentarse si eran reconocidos, Takhisis y Grigori accedieron a esta zona sin tomar precauciones, lo que les llevó a ser reconocidos por la guardia como parte integrante del grupo que asesinó a Lyanna ir´Talan, comandante de la guarnición de Arco Negro situada en este barrio. Grigori optó por el teletransporte y volver a entrar disfrazado, mientras que Takhisis aguantó el chaparrón de insultos y malas caras por parte de una creciente multitud de guardias y ciudadanos de Tavick enfadados por la pérdida de su capitana. Identificándose como agente logró pasar de largo y disfrazarse en un callejón, donde se le unió Grigori. Haiass y Sheark se hicieron los despistados, y a partir de entonces el grupo se partió en dos mientras subían a Desembarco de Tavick medio, y compraban ropas y joyas que les permitiesen moverse por la zona superior de Tavick sin llamar la atención. Pertrechados de este modo, la primera parada fue el tribunal de justicia de Doce pilares, donde un funcionario Gnomo tomó nota de las licencias de armas y conjuros (psiónica para Haiass) que podían utilizar en esta exclusiva zona de la ciudad; Abrojo permaneció escondido de tejado en tejado y , por fin, franquearon los puentes de entrada a Arco Cúprico.
Mientras deambulaban en busca del complejo donde había tenido lugar la "evolución"de Laila, los guardias Deneith detuvieron en sendas comprobaciones rutinarias a los Agentes: Grigori tuvo que pagar una fuerte suma como soborno para evitar ser expulsado del Barrio, pues sus pobres tiradas de engañar hicieron sospechar algún tipo de burla o timo, mientras que Sheark y Haiass comenzaron a ser seguidos de manera tremendamente discreta por parte de los guardias Deneith; sólo el hecho de que Abrojo permaneciese en una posición elevada descubrió a los perseguidores. Alquiladas sendas habitaciones de posada, el grupo comenzó las apreximaciones a la Mansión-fortaleza de los Deneith en Arco Cúprico, estructura que coincidía con los recuerdos extraidos de la mente de Laila, si bien parecía que había pasado mucho tiempo desde entonces. Una primera fortaleza cuadrada sin puertas ni ventanas aparentes tenía en su centro una especie de enorme monolito de cristal de Eberrón, y grandes cantidades de trampas y precauciones evitaban el acercamiento directo al interior. Tras Clarividencia, Escudriñamiento y acercamiento directo, finalmente Takhisis se decidió por la Transmigración, descubriendo desde el interior del cuerpo de uno de los guardias inquietantes ilusiones y engaños. Al final, sólo y ya dentro del monolito de cristal, una poderosa voz pareció recibirle con un "Ya han llegado"...
Mientras deambulaban en busca del complejo donde había tenido lugar la "evolución"de Laila, los guardias Deneith detuvieron en sendas comprobaciones rutinarias a los Agentes: Grigori tuvo que pagar una fuerte suma como soborno para evitar ser expulsado del Barrio, pues sus pobres tiradas de engañar hicieron sospechar algún tipo de burla o timo, mientras que Sheark y Haiass comenzaron a ser seguidos de manera tremendamente discreta por parte de los guardias Deneith; sólo el hecho de que Abrojo permaneciese en una posición elevada descubrió a los perseguidores. Alquiladas sendas habitaciones de posada, el grupo comenzó las apreximaciones a la Mansión-fortaleza de los Deneith en Arco Cúprico, estructura que coincidía con los recuerdos extraidos de la mente de Laila, si bien parecía que había pasado mucho tiempo desde entonces. Una primera fortaleza cuadrada sin puertas ni ventanas aparentes tenía en su centro una especie de enorme monolito de cristal de Eberrón, y grandes cantidades de trampas y precauciones evitaban el acercamiento directo al interior. Tras Clarividencia, Escudriñamiento y acercamiento directo, finalmente Takhisis se decidió por la Transmigración, descubriendo desde el interior del cuerpo de uno de los guardias inquietantes ilusiones y engaños. Al final, sólo y ya dentro del monolito de cristal, una poderosa voz pareció recibirle con un "Ya han llegado"...